<<El momento más peligroso
llega con la victoria.>>NAPOLEÓN B.
Aquí
seguimos después de todo.Vaya por
delante que yo no pienso ir a ningún lugar,no soy una de esas ratas que abandonan raudas el barco apenas sienten un
tímido atisbo de zozobra.Tampoco soy
una de las otras, de esas trajeadas que venden palabras melifluas de salvación
y días venideros de vino y rosas mientras degustan un sencillo menú de ostras y
champán (porque es lo único que saben pronunciar de todo lo que hay en la
carta) en un local que no se llama precisamente Bar Manolo.
Son
días delicados. Este mes se presenta repleto
de escollos que salvar.Avanzamos en una
carretera de curvas cerradísimas sin conocer el punto en que el camino se
tornará plácido o, al menos, asequible al estado precario de nuestros
neumáticos.En otras circunstancias
sería grato decir que el capitán y su equipo saben lo que hacen, el lugar al
que vamos, cuando termina la parte mala de la ruta,o que tienen un plan.Pero esto es mucho soñar.Poca lucidez se precisa para comprobar que
todo es improvisación y acatar órdenes que llegan desde fuera de nuestro
vehículo, no para aconsejar sino para imponer.Voces que hablan una lengua consonante, ruda y sin armonía, como la carretera que
tan mareados nos tiene.
Atrás
queda ese pasado tan cercano en donde estas ratas señoreadas con pose de baladista
clásico y discursos medidos al milímetro (escritos por otros por tener mala
caligrafía y tropezarse en sus propias palabras como los chiquillos) simulaban
traer soluciones efectivas y parecían inquietos por aplicarlas movidos por un
deseo de contribuir a la comunidad, como si se tratase de un acto
altruista.En estas jornadas regresan a mi
cabeza una y otra vez las sabias palabras de Javier Marías como un paciente
mantra que anega mi cuerpo de rabia hasta que termino preguntándome, ¿a qué tanta ansia?
Las inquietudes que poseo me hacen tener opiniones de muchos temas, y eso es lo que compondrá el grueso de las entradas del blog. Bien podríamos decir que objetividad y aplauso no es lo que se pretende lograr en este sitio. Este es un espacio de recreo y desahogo personal. Pasee y participe siempre que traiga consigo un mínimo de educación y respete al resto de paseantes, pero no olvide que aquí mando yo. Este sitio está dedicado a distorsionar la realidad a conveniencia de mi mismidad, queda usted advertido. Mi consejo es que olvide lo leído con prontitud y cierre al salir. Seré conciso: Así ven la vida mis ojos y así la pervierte mi cerebro cuadriculado.
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