Sangra la espalda. Descansa el vientre.
Vueltas en una cama afilada.
Soy un faquir sin vocación.
Sueño profundo. Te caes a mi lado.
Las sábanas esconden las garras.
Paso a vivir en mi interior.
La vida es este sueño de pares.
Dos ocupan el mundo, y tu palabra
a contraluz y los ecos de tu voz.
Media vuelta. Mi brazo en tu pecho.
Recordando emociones olvidadas
mi cuerpo recupera el brío.
Ya no espero respuestas
si no soy capaz de hacer preguntas.
La ignorancia del miedoso.
Vuelta y media. No encuentro mi lugar.
Si te quedaras cuando abra los ojos,
¿firmarías conmigo el armisticio?
Ni te das cuenta de cómo te miro.
Desconoces que persigo compartir
mi tiempo donde esté tu sitio.
Cierro las rutas de escape.
La autodestrucción se ofende:
estalla de rabia dejándome libre.
La fase REM se agota en plenitud.
Palpo a mi lado. Un hueco vacío.
Qué importa: en mi sueño has dormido.
Vuelta completa: estoy en el principio.
Ahora distingo menos fantasmas.
Parecen más tímidos, casi aburridos.
Muy pronto pasaré a la acción.
Mientras, seguiré viviendo esto que,
a veces es bueno, otras un circo.
3 paseantes:
Con Vueltas cierro la tetralogía.
Este poema es un resumen de las partes partes anteriores dejando la narrativa de lado. Lo único que pretendo con él es redundar en las ideas clave.
Estoy abierto a resolver cualquier duda respecto a su interpretación.
Y también alma de poeta... Un gran compendio de las tres partes anteriores. ¡¡Excelente!!
Me ha gustado mucho. Y creo que ya le voy pillando el tranquillo :-)
Publicar un comentario